La decoración como Arte
Decorar es el arte de embellecer los lugares, los espacios. Para ello se emplea la imaginación y la creatividad humana, utilizando múltiples recursos como mobiliario, el color, texturas, etc.; es algo innato a nuestra especie y en la memoria se pierden las primeras muestras de esta actividad, la decoración de las paredes en las cavernas. Luego aparecerían el ornamento, el objeto con pretensiones estéticas o la joyería.
El souvenir es posiblemente, uno de los tipos de objeto más utilizados en el repertorio de posibilidades decorativas contemporáneas para, entre otras cosas, dotar de personalidad las estancias o los muebles, como fusión de Diseño y emociones que originariamente es: la materialización de un suspiro ante la evocación de un lugar…
El Souvenir como proyección estética
Parecería absurdo entonces, pensar en el souvenir al margen de la experiencia de un viaje, de una visita. Sin embargo, el uso que se le ha dado popularmente, ha hecho que a día de hoy pueda tomarse como un elemento decorativo con valor estético propio, autónomo del factor experiencial previo.
En Cultural Memories velamos por los dos intereses: los del viajero, el turista, marcado por la necesidad de perpetuar lo vivido, y las personas atraídas por el objeto bello, vinculado a una determinada cultura y con carácter decorativo; Cultural Memories se adapta perfectamente a la intención de recuerdo o de regalo.
* El interés por el souvenir se evidencia actualmente desde muy diversos prismas: análisis intelectuales universitarios o el trabajo de artistas contemporáneos con mucha carga irónica y kitsch como Barnaby Bardford o Shary Boyle.
Cultural Memories como escultura
Nuestros diseños son elaborados con minuciosidad, cuidando al detalle las figuras que reproducen las actividades y rasgos culturales tratados en un determinado tema.
Y es que nuestro trabajo es el resultado de un ejercicio de efectividad decorativa, contrastando la referencia representada en la silueta de negro, con un “telón” blanco como fondo, que sirve para perfilar perfectamente la forma y a su vez, alejarla de influencias cromáticas, imágenes o texturas de su entorno más cercano, reivindicándose como pieza especial, única, escultórica.